Es un paisaje tan árido, tan vacío de gente, que adentrarse entre la cicatrizada tierra produce pena. Algún pájaro busca comida entre las escasas hierbas que cubren ese lugar de polvo lúgubre y muerto. A lo lejos la pequeña campana de una antigua ermita suena mecida por el viento. Su tañido quiere proclamar que aún hay vida en ese lugar de silencios y mudas yerbas.
El viajero teje monólogos en la lacerante noche que se acerca, solo, tan solo, que ni el aire que llega desde las altas parameras espera a escucharle. Calla el viajero en el silencio total inundado por la luz de la luna llena. El silencio le hiere y le abre sus manos cuarteadas.
El viajero camina desarraigado por el desamparo de ruinas sin tejados; escapa, con pies derrotados.
COMPERSIÓN O EL PLACER DE LA FELICIDAD AJENA
Hace 1 semana
7 comentarios:
Con la caída de la noche los miedos e inquietudes se acrecentan. Mas cuando el astro Sol bille en lo alto, de seguro que los rastrojos nos murmuran historias, los silencios se convierten en ecos de otras voces, y el viento susurra secretos de otros tiempos...
Besos y abrazos para Madrid y Aranjuez.
Estáis sobraos. :) :).
Sólo el viajero se atreve a regresar a sus raices: un páramo y en lontananza un pantano bajo el cual yacen pueblos y prados.
Pero él nunca ha olvidado.
Muchos besos.
EL VIAJERO INVENTA SU PROPIO MAPA
ME GUSTO EL RELATO Y EL LUGAR
UN BESO CALIDO Y ARDIENTE
YERMAN
Gracias Yerman.
La foto es de uno de los páramos españoles.
¿Sierra de Avila?
:) :) Gracioso nick, filomeno.
Esta foto la bajé de Google. Si mal no recuerdo, creo que es de la zona de Aragón.
Un beso.
Filomeno, a mi pesar......
Publicar un comentario