"High and dry". Original de Radiohead.
Conversaciones sentados cara al horizonte
bañado de las últimas luces de atardeceres.
Alfombras de hojarasca ponen sonido a nuestros pasos.
El sol estalla en una cristalera frente a un estanque.
Parejas apasionadas sobre tálamos de hierba nos ignoran.
Un maestro chino enseña movimientos del vacío y lo lleno.
Nos reconocemos y saludamos con gesto de viejos colegas.
Paseos en manada bajo el parpadeo de cielos de otoño.
Amarillentos fanales tiemblan entre hojas y ramas.
Destellos de luces rojas, doradas y azuladas en la oscuridad
transforman los jardines en mágico bosque de las ánimas.
Jóvenes bulliciosos danzan en patines y bicicletas
sobre un paseo de coches de asfalto y salpicado de farolas.
Brota la belleza cautiva de la estatua del ángel de piedra
con el hechizo prodigioso de la blanca luz de la luna.
Nos conocimos junto a la fuente del señor de los abismos
con la brusquedad y sorpresa de una guerra furiosa
de ladridos, gritos y correas que se cruzan y se enredan.
Tarde tras tarde; una estación tras otra
retorno con la fuerza animal y la alegría en el paso
de saber que nos encontraremos en la luz o en las sombras
y que seremos parte del paisaje conocido de nuestro parque.
A Fernando con el que he compartido muchas tardes e historias en el Parque de El Retiro (Madrid).
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