Ondine- Rusalka-La Sirenita.

No dejes morir tus llamas;
Caldea mi sordo corazón,
¡Voluptuosidad, cruel tormento!
Diva! supplicem exaudî!

Diosa en el aire difundida,
Llama de nuestro subterráneo,
Escucha a un alma consumida
Que alza hacia ti su férreo canto,

¡Voluptuosidad, sé mi reina!
Toma máscara de sirena
Hecha de carne y de brocado,

O viérteme tus hondos sueños
En el licor informe y místico,
¡Voluptuosidad, fantasma elástico!

"La plegaria de un pagano" De Baudelaire

Ondine tenía un alma hermosa, una voz melodiosa y un bello cuerpo. Ondine era admirada por todos, y, sin embargo, ella no era feliz en su mundo acuático. Quería vivir en ese otro mundo desconocido y ajeno a su forma de vivir.
Salió fuera, conoció el amor humano y quiso tener una vida eterna a través del amor.
Sin saber que el amor no es eterno, Ondine murió en aquel nuevo hogar que había elegido sin posibilidad de regresar con los suyos.


La Sirenita se ha convertido en un símbolo turístico para Copenhague. tal como la Torre Eiffel lo es para París o la Ópera diseñada por Jorn Utzon lo es para Sidney. Todos conocemos la pequeña estatua de la sirenita situada en Langelinie (en la entrada al puerto de Copenhague) que fuera realizada por Edvard Eriksen.


Basado en el cuento" La Sirenita" de Andersen y en la historia" Ondine" de Friedrich Kvapil de la Motte Fouqué, el compositor checo Dvorák creó la ópera en tres actos "Rusalka", donde se plasma la relación del hombre con la naturaleza encarnado en el personaje de la ninfa acuática, una figura recurrente de la mitología eslava, que desea convertirse en humana. Es toda una metáfora lírica sobre la superación, la capacidad de crecer y abrir horizontes que acaba resultando trágica.